Corta la carne en tiras medianas, haciendo los cortes en dirección contraria a las fibras de la carne.
En un tazón mediano, mezcla 2 claras de huevo, 20 gramos de fécula de maíz, 15 mililitros de aceite de ajonjolí y sal marina al gusto. Revuelve todos los ingredientes, y una vez que estén bien integrados, agrega la carne y déjala marinar durante 30 minutos.
Corta 1 unidad de cebolla cabezona blanca mediana en gajos gruesos.
Corta la parte blanca de 3 tallos de cebolla larga en trozos de aproximadamente 3 centímetros de largo, y la parte verde córtala diagonalmente lo más finamente posible. (la parte verde la usarás al momento de servir)
Calienta una sartén pequeña a fuego medio con 2 cucharadas de aceite vegetal y saltea allí el ajo con el jengibre. Agrega la pimienta de cayena al gusto y ½ cucharadita de cinco especias.
Cuando el ajo y el jengibre estén salteados con la mezcla de especias y pimienta de cayena, agrega 30 mililitros de agua, 30 mililitros de vinagre de arroz, 15 mililitros de salsa de soya y 50 gramos de salsa hoisin. Revuelve bien los ingredientes y, una vez que la mezcla comience a hervir, reduce el fuego al mínimo, agrega 10 gramos de azúcar moreno, revuelve bien y cocina hasta que la salsa se reduzca ligeramente, unos 3 minutos. Luego, apaga el fuego y reserva la salsa.
En el wok a fuego medio-alto, calienta 250 mililitros de aceite vegetal. Una vez que el aceite esté caliente, fríe la carne en tandas pequeñas hasta que quede dorada. Coloca la carne sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa.
Después de freír la carne, retira el exceso de aceite del wok, dejando solo una pequeña cantidad, y saltea a fuego alto la cebolla cabezona y la parte blanca de la cebolla larga. Cuando la cebolla esté lista, agrega la carne, apaga el wok y agrega la salsa. Mezcla bien todo y sirve de inmediato acompañado de arroz blanco con ajonjolí tostado, y decora con hojas de cilantro y la parte verde de la cebolla larga.