Existe el mito de que comer saludable es costoso, pero con una buena planificación es posible llevar una dieta equilibrada sin gastar de más. Planificar las comidas con antelación ayuda a evitar compras innecesarias y desperdicios de alimentos. Optar por productos de temporada no solo reduce costos, sino que también garantiza frescura y mejor sabor, ya que los alimentos cosechados en su punto óptimo de maduración conservan mejor sus nutrientes.
Cocinar en casa es otra estrategia efectiva para ahorrar dinero y controlar los ingredientes de cada plato. Preparar comidas en cantidades grandes para refrigerar o congelar facilita la alimentación sin recurrir a opciones ultraprocesadas. Las legumbres y cereales como los frijoles, lentejas y arroz integral son opciones económicas y altamente nutritivas que pueden formar la base de muchas recetas saludables.
Además, sustituir productos ultraprocesados por ingredientes naturales puede hacer una gran diferencia en el presupuesto y la salud. Por ejemplo, en lugar de comprar snacks industrializados, se pueden preparar opciones caseras como chips de vegetales horneados o frutos secos con yogur natural. Con un enfoque adecuado, es posible seguir una alimentación saludable sin comprometer el bolsillo.