Sazona, a tu gusto, las pechugas de pato con sal marina y pimienta negra, asegúrate se hacerlo tanto en la piel como en la carne. Deja marinar a temperatura ambiente unos 15-20 minutos.
Para cocinar las pechugas, ponlas sobre la piel en una sartén fría y cocínalas en la estufa a fuego bajo. En este proceso la idea es extraer la grasa de la piel.
Con la ayuda de una cuchara, vas retirando el exceso de grasa y lo reservas.
Cuando la piel de las pechugas de pato haya soltado toda la grasa, retíralas de la sartén y con la ayuda de una toalla de papel, limpia la sartén para retirar impurezas que se hayan pegado.
Agrega una cucharada de la grasa del pato que has sacado y calienta la sartén a fuego alto. Apenas la sartén esté bien caliente, asa las pechugas por el lado de la carne, apenas un minuto o un minuto y medio, dale la vuelta y termina de cocinar la piel, hasta dorarla. Retira las pechugas de pato de la sartén y resérvalas.
Corta las pechugas de pato en rodajas de 5 milímetros aproximadamente y sírvelas en cada plato acompañadas con la ensalada de col rizada y pistachos y las papas gratinadas. Adereza la ensalada y el pato con la vinagreta.