Precalienta el horno a 200 °C (400 °F).
Derrite la mantequilla y, con ayuda de una brocha de cocina, engrasa un molde de 9 pulgadas.
Coloca una hoja de masa filo en el molde y pincélala con mantequilla. Repite este procedimiento hasta formar entre 5 y 7 capas, asegurándote de engrasar cada una.
Una vez montadas las capas, coloca encima una hoja de papel encerado (o papel para hornear) y añade frijoles secos o pesos para repostería. Hornea durante 15 minutos.
Mientras tanto, en una licuadora mezcla la crema de leche, un huevo entero y la yema del segundo, el queso crema, el azúcar, la esencia de vainilla y la sal. Procesa hasta obtener una mezcla homogénea.
Retira el molde del horno y baja la temperatura a 175 °C (350 °F). Quita el papel y los pesos, y deja enfriar ligeramente.
Vierte la mezcla de queso sobre la base prehorneada y vuelve a llevar al horno por 15 minutos, o hasta que el relleno esté apenas cuajado.
Saca del horno y deja enfriar a temperatura ambiente.
Una vez frío, cubre la superficie con la mermelada de mamey. Si está muy espesa, puedes aligerarla con una o dos cucharadas de agua caliente. La textura debe ser lo suficientemente fluida para extenderse, pero firme al corte.