La receta básica de la mayonesa incluye solo unos pocos ingredientes: huevo, aceite y vinagre o jugo de limón. La clave para obtener una mayonesa perfecta radica en la emulsión de estos ingredientes, lo que crea su característica textura cremosa. A menudo, se añade sal y mostaza para realzar el sabor, pero las variaciones son infinitas. Puedes encontrar mayonesas saborizadas con ajo, hierbas, chiles y otros ingredientes.
En el vaso de la licuadora, coloca 1 unidad de huevo, 1 cucharadita de vinagre de vino blanco, 250 mililitros de aceite de canola y sal marina al gusto.
Mezcla con la licuadora de inmersión, comenzando en el fondo. Una vez que la mezcla se emulsione (se espese), comienza a subir despacio para terminar de integrar todos los ingredientes.
Transfiere la mayonesa a un recipiente con tapa y mantenla en refrigeración hasta el momento de usarla.
La mayonesa casera tiene una vida útil en refrigeración de 3 a 5 días.