La leche de coco es un líquido blanco y cremoso que se obtiene al exprimir la pulpa del coco maduro. Es un ingrediente clave en la cocina asiática, caribeña y latinoamericana, utilizado tanto en platos dulces como salados. Aporta un sabor suave y ligeramente dulce, con una textura rica y espesa que enriquece curries, sopas, postres y bebidas. Además de ser una alternativa a la leche animal, es ideal para personas con intolerancia a la lactosa o que siguen dietas veganas. La leche de coco es rica en grasas saludables, minerales como el potasio y antioxidantes.
1unidadde Coco entero seco (no funciona con coco fresco)
1Litro de Agua
Instrucciones
Calienta el horno a 200 °C.
Con un descorchador, abre dos de los tres orificios marcados en el coco y extrae el agua. Cuélala y resérvala para hacer la leche de coco más adelante.
Envuelve el coco en una toalla de cocina y, sobre una superficie plana y firme, dale un golpe fuerte con un martillo de cocina. Apenas el coco se abra, rómpelo en piezas medianas con la ayuda del martillo.Coloca las piezas de coco en una bandeja y hornéalas durante 10 minutos. Este proceso facilita la extracción de la pulpa.
Con un cuchillo de hoja corta y rígida, retira la pulpa del coco, lávala y córtala en láminas delgadas.Licúa la pulpa de coco cortada en láminas con el agua de coco y 1 litro de agua tibia (hazlo en tandas para no saturar la licuadora). Cuela y escurre muy bien esta primera leche de coco, reservando la pulpa que sobra.
Vuelve a licuar la pulpa que quedó de la primera extracción, en tandas, con 1.5 litros de agua tibia. Cuela y escurre bien esta segunda leche de coco, reservándola para usarla más adelante.