Calienta el horno a 325 °F (162 °C).
Con la ayuda de una brocha de cocina, engrasa el molde con mantequilla, asegurándote de cubrir todas las superficies, y luego enharina el molde, retirando el exceso. Resérvalo.
En un tazón, donde tienes la harina de trigo tamizada, agrega el polvo para hornear y la sal. Con un batidor globo, mezcla los ingredientes para integrarlos uniformemente.
Combina la leche con la esencia de vainilla.
Coloca la mantequilla en el tazón de la batidora. Con la paleta, mezcla a velocidad baja durante tres minutos. Una vez que la mantequilla esté suave, agrega gradualmente el azúcar manteniendo la velocidad baja. Luego, aumenta la velocidad y bate durante 3 minutos.
Con una espátula, limpia las paredes del tazón. A velocidad baja, incorpora los huevos uno a uno, asegurándote de que cada huevo se mezcle por completo antes de agregar el siguiente. Asegúrate de bajar la mezcla que se acumula en los bordes del tazón, con el motor apagado.
A continuación, trabajando a velocidad baja, agrega la harina de trigo en tres tandas alternando con la leche, hasta que esté completamente incorporada. Vierte la masa en el molde y usa la espátula para distribuirla uniformemente y hornea a 325 °F (165 °C) durante 60 - 70 minutos.
Retira del horno y deja enfriar durante al menos 20 minutos. Desmolda el bizcocho y déjalo enfriar completamente sobre una rejilla de enfriamiento. Una vez que esté completamente frío, decora espolvoreando un poco de azúcar pulverizada.
Córtalo en doce porciones iguales y sírvelo con tu bebida caliente favorita.