Pela las berenjenas con la ayuda de un pelador de vegetales y córtalas en laminas de unos 5 milímetros de gruesas.
Acomoda las rodajas de berenjenas en una bandeja grande y agrégales sal marina al gusto y déjalas a temperatura ambiente por 30 minutos.
Pasado el tiempo de salazón, seca las rodajas de berenjenas con la ayuda de una toalla de cocina (de papel o de tela) y a continuación procede a apanarlas.
Para apanarlas, alista en un tazón mediano 2 huevos con un poco de sal marina bien batidos, la harina de trigo y la miga de pan. Una vez tengas todo listo, pasa las berenjenas por la harina de trigo, luego por los huevos y finalizas en la miga de pan. Repites el procedimiento cuantas veces sean necesarias hasta apanar todas las rodajas de berenjenas.
Calienta el aceite a 180 °C y fríe las berenjenas hasta que estén doradas, con el apanado crocante. Haz este proceso en tandas pequeñas evitar la pérdida de la temperatura en el aceite.
Precalienta el horno a 170°C (350°F)
Una vez hayas freído todas las rodajas de berenjenas, procede a armar el plato, Para eso, pones 4 cucharadas de passata de tomate en la base del plato individual que pueda ir al horno y a continuación pones una capa de las berenjenas fritas en la base, sobre la salsa. Agrega una capa de queso mozzarela y nuevamente la passata y repites el proceso para lograr tres capas. La última capa debe ser de queso parmesano. (ver video)
Cuando tengas las cuatro porciones armadas, llévalas al horno y hornea por unos 10 minutos aproximadamente, una vez se vea que la salsa está hirviendo, cambia la función del horno a gratinar o briol. Apenas estén gratinadas, sácalas del horno, déjalas reposar unos 5 minutos y sírvelas.