Corta 2 unidades de cebolla cabezona blanca en plumas finas. Una vez que las tengas listas, reserva un tercio de la cebolla.
Al resto de la cebolla, agrégale 30 gramos de harina de trigo y 30 gramos de fécula de maíz. Mezcla todo muy bien con las manos.
Calienta el aceite a 160°C (si no tienes termómetro, realiza pruebas hasta que esté listo para freír).
Fríe la cebolla en tandas pequeñas hasta que esté dorada y luego resérvala sobre un paño absorbente. Deja una pequeña parte reservada para el momento de servir.
Mientras vas friendo la cebolla, calienta una sartén a fuego medio-alto con una cucharada de aceite de oliva. Una vez que el aceite esté caliente, saltea las setas hasta dorarlas bien. Realiza este proceso en tandas pequeñas y ve reservándolas en un plato para no saturar la sartén. Cuando todas las setas estén salteadas, sazónalas con un poco de sal marina y pimienta negra molida.
Calienta el wok a fuego alto con una cucharada de aceite de oliva. Cuando el aceite esté a punto de humo, saltea la cebolla cabezona blanca en plumas que reservaste. Una vez que la cebolla esté ligeramente dorada, comienza a agregar el arroz, junto con las setas y la cebolla crujiente, en tandas pequeñas para asegurarte de que se integren todos los ingredientes.
Cuando hayas incorporado bien todos los ingredientes, sazona el arroz con salsa de soya poco a poco hasta ajustar el sabor. El arroz no debe quedar muy oscuro, la idea es que todos los ingredientes se vean bien. Una vez que tengas listo el arroz, sírvelo y coloca un poco de las cebollas crujientes que reservaste por encima.